Una pirámide (del latín pyrămis, -ĭdis, y éste a su vez del griego πυράμις,-ιδος pyrámis, -idos) es una construcción monumental, con forma piramidal, normalmente de base cuadrangular.

Origens

 
Esquema de mastaba

Se ha discutido mucho sobre el origen de la forma piramidal en la construcción humana. Las pirámides surgieron en distintas civilizaciones sin contacto entre sí, lo que ha dado pie a multitud de especulaciones de toda índole. Sin embargo, desde un punto de vista meramente estructural o constructivo, la forma piramidal es un resultado casi inevitable del simple deseo de ganar altura utilizando piedra.

En la antigüedad, la arquitectura común empleaba materiales fáciles de conseguir y manipular, tales como el barro o la madera. No obstante, este tipo de construcciones no perduraban en el tiempo. Cuando se deseaba un edificio más longevo, como una tumba, o un edificio emblemático, se recurría entonces a la piedra (o al ladrillo si no se disponía de lo primero). Las primeras construcciones de piedra por tanto obedecieron a propósitos funerarios o religiosos, y tanto en Egipto (mastabas) como en América, aunque miles de años después, ya adoptaron una forma troncopiramidal.

Con el tiempo, se empezaron a edificar tumbas y plataformas religiosas encima de las anteriores (quizás con la intención de manifestar mayor poder que el predecesor). Este tipo de prácticas derivó en las pirámides escalonadas; un tipo de construcción muy similar a los zigurat mesopotámicos.

No queda constancia de los motivos que impulsaron el paso desde este punto a la típica pirámide pentaédrica, aunque no es descabellado pensar que el salto formal fuera simplemente estético.

   

Construcció

 
Falsa bóbeda de Guiza

Aunque esencialmente las pirámides consistían en "simples" apilamientos de piedra, requirieron un enorme esfuerzo, habilidad, ingenio y capacidad organizativa para su construcción. A pesar de que algunas civilizaciones que construyeron estos monumentos conocían el arco de descarga (como la egipcia), emplearon preferentemente estructuras adinteladas. Sin embargo, los grandes dinteles de piedra eran incapaces de soportar las tremendas presiones ejercidas sobre ellos sin fracturarse, de modo que para abrir estancias y pasillos interiores recurrieron a la técnica de la falsa bóveda, consistente en ir aproximando ligeramente de forma escalonada las hiladas de los muros, hasta conseguir un efecto similar al de un arco apuntado, pero con dovelas horizontales.

Los recubrimientos exteriores de estos edificios variaron mucho de unas culturas y épocas a otras, encontrándose desde revestimientos de piedra caliza hasta estucos.

El proceso de tallado de las piedras era extremadamente lento, ya que éstas solían ser piedras duras (tipo granítico). Para trabajarlas se utilizaron herramientas de bronce y sílex, y el pulimentado se conseguía mediante frotado con el propio polvo de las piedras o con abrasivos más duros como el polvo de cuarcita.

La ausencia de documentos ha imposibilitado conocer los métodos constructivos empleados en las pirámides antiguas, pero no hay constancia del empleo de la rueda, por lo que las teorías más aceptadas especulan con rampas o espirales exteriores sobre las que se irían deslizando los bloques mediante palancas.

Sólo a partir del siglo XX, tras la popularización del acero y el vidrio como materiales de construcción, los arquitectos han vuelto a incorporar la pirámide a su repertorio formal.

Referències

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