Diferència entre les revisions de "Fernando Vizcaíno Casas"
(Sense diferències)
|
Revisió de 19:28 17 nov 2017
Fernando Vizcaíno Casas (Valéncia, 23 de febrer de 1926 – Madrit, 2 de novembre de 2003) fon un escritor, periodiste i advocat laboraliste valencià.
Biografia
Fill d'un fabricant de paraigües i palmitos, en 1948 s'inicià en el periodisme en Acción, orgue del Sindicat Espanyol Universitari (SEU), com a crític de cine. Colaborà en Ràdio Nacional d'Espanya (RNE) i en els diaris Las Provincias i Jornada. L'any 1950 es traslladà de Valéncia a Madrit per a cursar estudis de Dret. Considerava al periodisme com la seua verdadera vocació, i en el temps aplegaria a ser columniste en mijos de llínees editorials tan diferents com el diari El Alcázar i la revista Interviú.
(Secció per completar)
Obra
(Secció per completar)
Cites
Los premios literarios de la Diputación de Valencia, instituidos en 1949, se ofrecían a trabajos en castellano y valenciano. La poesía asimismo bilingüe presentaba, desde los años 40, nombres tan preclaros como Xavier Casp, Vicente Andrés Estellés, María Beneyto, José María Bayarri, Jacinto M. Mustieles, Francisco Almela y Vives escribía La columna i les roses y otras muchas obras, también en los dos idiomas, indistintamente, y Martín Domínguez. Y Manuel González Martí (Contes del plá i la muntanya, 1947). y Carles Salvador (El fang i l´esperit, 1952). Y Sanchis Guarner. Y Eduardo López-Chávarri y Bernat Artola (Llantia viva, 1947). Y Maximiliano Thous.
El sainete valenciano conocía los éxitos populares de La cotorra del mercat (1946), de Paco Barchino; El tío estraperlo (1948), de Jesús Morante Borrás; L'hort embruixat, de Sendin Galiana (1951). Se reeditó L'agüelo pollastre, de Bernat i Baldoví. Joan Fuster publicaba (naturalmente en Barcelona) su obra Nosaltres, els valencians (1962), dando comienzo a la gran polémica sobre la identidad de la cultura valenciana, que actualmente ha alcanzado lamentables excesos, propiciando un enfrentamiento por demás violento entre Cataluña y Valencia.
Los organismos culturales más tradicionales (Lo Rat Penat y El Micalet) desarrollaron sus actividades con normalidad, reforzados más tarde por la institución Alfonso el Magnánimo.
En definitiva, el valenciano se hablaba y se desarrollaba sin ningún problema, en todas partes y como siempre. Sólo que entonces no estaba de moda (como ahora) que la gente bien acudiera a tomar clases de vernáculo...