El 7 de novembre de [[1972]], l'escritor Daniel Sueiro entrevistava en el ''Heraldo de Aragón'' a María Moliner. El titular era un interrogant: «¿Serà María Moliner la primera dòna que entre en l'Acadèmia?». L'havien propost Dámaso Alonso, [[Rafael Lapesa]] i [[Pedro Laín Entralgo]]. Pero l'elegit, a la postre, seria [[Emilio Alarcos Llorach]]. Ella va comentar aixina el tema:
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{{Cita|''Sí, mi biografía es muy escueta en cuanto a que mi único mérito es mi diccionario. Es decir, yo no tengo ninguna obra que se pueda añadir a esa para hacer una larga lista que contribuya a acreditar mi entrada en la Academia (...) Mi obra es limpiamente el diccionario. Más adelante agregaba: Desde luego es una cosa indicada que un filósofo -por Emilio Alarcos- entre en la Academia y yo ya me echo fuera, pero si ese diccionario lo hubiera escrito un hombre, diría: «¡Pero y ese hombre, cómo no está en la Academia!''}}
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Les propostes no varen prosperar i fon una atra dòna, [[Carmen Conde Abellán|Carmen Conde]], la que va ocupar el silló. El procés aplegaria a ser glossat en una de les seues necrològiques titulada «Una acadèmica sense silló».