{{Cita|''Un político muy original, el presidente de las Cortes Valencianas declaraba: Hay que dejarse de banderitas y de invasiones catalanas y hablar de los duros. Pero el frente pancatalanista no se rindió ante la sentencia de la Audiencia y organizó una manifestación para la normalización del uso del catalán en la Universidad... mientras la Universidad de Barcelona expresaba su solidaridad con el rector Lapiedra en un comunicado por el que pedía la intervención de las demás universidades españolas y calificaba la decisión de la Audiencia como grave atentado a los derechos fundamentales de los pueblos.''|''Misterios de la Historia'' (Cap. IX) (1991), Ricardo de la Cierva.}}
{{Cita|''Un político muy original, el presidente de las Cortes Valencianas declaraba: Hay que dejarse de banderitas y de invasiones catalanas y hablar de los duros. Pero el frente pancatalanista no se rindió ante la sentencia de la Audiencia y organizó una manifestación para la normalización del uso del catalán en la Universidad... mientras la Universidad de Barcelona expresaba su solidaridad con el rector Lapiedra en un comunicado por el que pedía la intervención de las demás universidades españolas y calificaba la decisión de la Audiencia como grave atentado a los derechos fundamentales de los pueblos.''|''Misterios de la Historia'' (Cap. IX) (1991), Ricardo de la Cierva.}}
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{{Cita|''Entre los años 1984 y 1986 el comando pancatalanista instalado en la Universidad de Valencia planeó un asalto general para instaurar la lengua catalana en el venerable centro, del que prentendían expulsar prácticamente al castellano. Un grupo juvenil, Alternativa Universitaria, del que seguramente forman parte los futuros líderes del centro-derecha en el Reino de Valencia, se opuso clarividentemente a la intentona, y contó para ello con el apoyo verdaderamente emocionante de la opinión pública más sana de la ciudad.''|''Misterios de la Historia'' (Cap. IX) (1991), Ricardo de la Cierva.}}
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{{Cita|''Entre los años 1984 y 1986 el comando pancatalanista instalado en la Universidad de Valencia planeó un asalto general para instaurar la lengua catalana en el venerable centro, del que prentendían expulsar prácticamente al castellano. Un grupo juvenil, Alternativa Universitaria, del que seguramente forman parte los futuros líderes del centro-derecha en el Reino de Valencia, se opuso clarividentemente a la intentona, y contó para ello con el apoyo verdaderamente emocionante de la opinión pública más sana de la ciudad.''|''Misterios de la Historia'' (Cap. IX) (1991), [[Ricardo de la Cierva]].}}