Ricart Garcia Moya naixqué en la ciutat d'Alacant, en la comarca del Camp d'Alacant, en l'any 1942.
Ricart és llicenciat en Belles Arts, historiador i Catedràtic d'Institut de Bachillerat en Alacant. Les seues investigacions i treballs sobre l'història valenciana i la llengua valenciana són de sobra conegudes.
És un articuliste prolífic en la prensa valenciana i espanyola en general. Ha colaborat en els diaris Información, La Verdad, Valencia Hui, Las Provincias, ABC, Diario 16, Heraldo de Aragón, Diario de Valencia, etc. En els seus artículs mai falta una abundant documentació i el sentit de l'humor.
Va viure molts anys fòra de la Comunitat Valenciana. Al tornar a Alacant en els anys 80, entrà en contacte en l'Associacio Defensora dels Interessos Alacantins (ADIA), de la que formaven part Josep Boronat, Antonia Vila i atres destacades personalitats valencianistes del sur de les terres valencianes del Regne de Valéncia.
Segons ell mateix comenta, en eixa época estava de moda negar les Armes Reals Valencianes. Casi per casualitat, va trobar un dibuix en el Museu del Louvre de París en el que apareixia Alfons el Magnànim en les barres, la Corona i el Rat Penat. Era un dibuix que encara no es coneixia i, a partir d'ahí és quan Ricart Garcia Moya escomençà a investigar sobre temàtiques valencianes en archius, biblioteques, etc. Trobà un camp de treball grandíssim que no ha abandonat fins a l'actualitat.
Lo ben cert és que Ricart Garcia Moya a lo llarc d'estes décades ha descobert documentació sobre l'història o la llengua valenciana que abans no es coneixia o es trobava perduda, o inclús, que estava manipulada per atres fonts interessades.
Es autor dels llibres d'investigació: Tratado de la Real Senyera (1993), editat per l'Ajuntament de Valéncia i que tracta sobre l'història i l'heràldica valenciana. Els atres dos llibres posteriors Historias del Idioma Valenciano (2003) aixina com el Diccionari historic del Idioma Valencià Modern (DHIVAM) (2008), estan dedicats a les investigacions sobre la llengua valenciana.
Les investigacions i publicacions de Ricart Garcia Moya solen incidir, entre atres aspectes, en la manipulació llingüística i històric-documental que el catalanisme o el castellanisme ve realisant des de fa décades a la llengua valenciana, a l'història valenciana o ad atres senyes d'identitat pròpies del poble valencià.
El Congreso de Vexilología terminó en polémica. Un investigador alicantino tuvo que defender nuestra bandera.
El investigador Ricardo García Moya, profesor en el Instituto de San Juan protagonizó el pasado fin de semana un curioso incidente durante el Congreso Nacional de Vexilología, al ser la única persona que definió la historia y tradición de la 'senyera' valenciana frente a los ataques de un ponente catalán, pese a que no había sido invitado al citado congreso. El alcalde de Alicante, nombrado presidente honorífico del congreso, abandonó la sesión rápidamente para no verse envuelto en el conflicto.
Según relató ayer a Informacion Ricardo García Moya, 'Durante la intervención de un congresista catalán, titulada 'Valencia: una tradición infundada', se dijo que la actual bandera valenciana carece de tradición, que es un invento reciente y que su composición se debe a un arreglo político, pero que en realidad se trata de una còpia de la bandera catalana, a la que se le ha añadido un poco de azul para diferenciarla, concluyendo su conferencia con unos términos un tanto despectivos hacia mí, simplemente porque quería rebatir en público sus afirmaciones'.
Del mismo modo, el investigador alicantino señala que cuando intentó con documentación convencer al conferenciante catalán de sus errores, éste no mostró el menor interés, 'lo que dice muy poco del carácter científico de un congreso nacional que intenta avanzar en el estudio de las banderas nacionales'. Incluso, en una conversación que se encuentra grabada, el conferenciante duda de la documentación histórica que podría rebatir sus argumentos, poniendo como ejemplo que porque en todos los libros se hable de Dios, él no tenía porqué creerlo, ya que nunca le había visto.
Hace unos meses, Ricardo García Moya descubrió en la Biblioteca Nacional de París un pergamino del siglo XV en el que aparece la senyera del Reyno de Valencia, con el azul y la corona como bandera de Estado.
En la actualidad, el investigador alicantino prepara un libro sobre todas estas cuestiones que aparecerá dentro de unos meses.
(Diario Información, 9.12.1987). Citat en el llibre Judes Valentins, per J.P. Valencianos (Valéncia, 1991, 3ª Ed.)
Había transcurrido más de medio milenio del teórico nacimiento de Cataluña, y todavía, no poseía este territorio moneda propia, es decir, mientras si existían monedas que pregonaban el reino que las acuñaba (Castilla, Francia, Valencia, Inglaterra, etc...). El nombre de Cataluña no figuraba en ninguna moneda de la Edad Media; las inscripciones reflejaban el título máximo que poseían -que no era imperio, reino o principado- sino Condado de Barcelona.Una propuesta singular: La moneda "als Països Catalans", per Ricart Garcia Moya (
Las Provincias, 2.2.1991)
Bon dia, normalitat o hostilitat de l'oratge, volum de merda que he amollat i mire. Aquesta bona merda, assaonada i fràgil, dona ganes d'invitar a sucar-hi el veínat...('Cultura i Aula', 19.3.1991)
Artícul de Ricart Garcia Moya, parlant sobre
Vicent Andrés Estellés: 'Los 'exquisitos de la lengua
(Las Provincias
, 14.12.1991)
Son legajos de los siglos XVI al XVIII, escritos en castellano y en valenciano, dirigidos al rey y autoridades que residían en Madrid y Valencia; es decir, nada que ver con Cataluña. ¿Por qué razón están allí? Porque fueron robados a sus legítimos dueños, así de sencillo. EI fondo permanece secuestrado en Barcelona desde 1852 y no existe base legal para impedir su devolución si las autoridades del PSOE, en gesto heroico, rompieran el vasallaje a Pujol y se animaran a reclamarlo.
Ni un sólo documento valenciano de los robados en Simancas iba dirigido a Barcelona. Remitentes y destinatarios eran del Reino de Valencia, Madrid y Valladolid (cuando la Corte, con Cervantes tras ella, residía en la ciudad del Pisuerga). Los papeles permanecían en el Consejo de Aragón o en la Corte durante el periodo que duraba el proceso, o cuando interesaba a la autoridad competente. Después, por orden real, se devolvían al Reino de Valencia.
Volviendo a lo nuestro. Los catalanes no pueden aportar ninguna orden real que legalice la presencia de esta documentación valenciana en el mal Ilamado Archivo de la Corona de Aragón. Y qué vergüenza sentí cuando Lerma, en el año 1993, fue a Barcelona para inaugurar el nuevo edificio del Archivo de la Corona de Aragón. De su boquita de piñón no salió una sola frase reivindicando el legado valenciano; y ahora, con los pobres salmantinos, se transforma en fiero león. Esas valentías, señor Lerma, con los catalanes. Aunque ya sabemos que ante el poder catalán se transforma en un querubín hierático e inocentón.Los documentos perdidos del Reino de Valencia per Ricart Garcia Moya (
Las Provincias, 24 d'abril de 1995)
Lo que escuece al fascismo catalanero es que Canals testificara la existencia de frontera idiomática entre las lenguas valenciana y catalana en el lejano 1395; cuando no existía -según la inmersión- secesionismo. La traducción ‘en llengua materna valenciana’ fue encargada por Jaime de Aragón, obispo de Valencia, insatisfecho con la realizada ‘en llengua catalana’. Al trasladar el texto latino, Canals tuvo que buscar recursos lingüísticos de la lengua nacional valenciana, algo que no ofrecía la caótica lengua catalana plagada de provenzalismos léxicos y arcaísmos sintácticos.
Los Bofarull, artífices de la apropiación de 1852 y de inventarse lo de la Confederación catalano-aragonesa y la Gran Cataluña, también falsearon el contenido del Llibre del Repartiment de Valencia y, además, parieron arbitrariamente el catalán que los colaboracionistas obligan a estudiar a los valencianos actualmente; pues el valenciano està prohibido por la Generalidad del PP.'Los hijos de la Gran Cataluña en el Archivo de la Corona de Aragón y el Panteón Real de Sijena', per Ricart Garcia Moya (2013)
Las universidades de Valencia y Cataluña están ocupadas por un ejército de engreídos comisarios cuya misión es catalanizar el presente... y el pasado. Todo es catalán, todos eran catalanes. Citaré un ejemplo que, al azar, veo en la biblioteca de la Universidad de Alicante, donde declararse catalanista es sinónimo de 'culto y progresista'. En la colección 'Manuals de Filosofia' (Universitat Autonònoma de Barcelona, 2012), un tal Jaume Mesa trata de 'la Catalunya imperial del segle XIV' (p. 213), e introduce en ella a los valencianos notables, desde Arnau de Vilanova a St. Vicent Ferrer (p. 218). Todo se lo puede apropiar esa 'Cataluña imperial' de bricolage.'Los hijos de la Gran Cataluña en el Archivo de la Corona de Aragón y el Panteón Real de Sijena', per Ricart Garcia Moya (2013)